Colonia

Colonia, una ciudad por descubrir en verano

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Los imanes de mi nevera

La Catedral, disfrutar de un paseo por la ribera del Rin o sus animadas plazas son motivos más que suficientes para conocer la ciudad alemana más allá del otoño

Aunque Colonia parezca una ciudad idónea solo para ir en Navidad (por sus preciosos puestos y la pista de hielo en el centro de la ciudad), en realidad es un destino perfecto para ir en vacaciones de verano. Su clima suave, la ribera del río Rin y las Kölsch fresquitas la sitúan entre las ciudades de Alemania perfectas para una escapada de fin de semana. Y si lo que quieres es conocer su entorno y los increíbles pueblos que la rodean, a tan solo una hora de camino, es mejor que te quedes más.

Un centro histórico monumental

La Catedral, de estilo gótico, es probablemente el monumento más atractivo y más visitado de Colonia. Mide nada más y nada menos que 187 metros y, allá por el año 1880, fue el edificio más alto del mundo. Hoy en día se puede visitar su interior de manera gratuita y descubrir las coloridas y restauradas vidrieras que la decoran, las reliquias de los Reyes Magos o su cripta.

Sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial porque los aliados la consideraban un punto clave para orientarse durante los bombardeos, aún así la oscuridad de su fachada se debe precisamente a los efectos de la contienda. Si tienes energía y no te dan miedo las alturas, puedes subir los 533 escalones que hay hasta la cima de su torre. Para ello sí deberás pagar entrada.

Desde el epicentro de la urbe, se puede recorrer todo el casco urbano, repleto de tiendas y restaurantes. A partir de ahí, hay una larga lista de edificios históricos e iglesias que ver: la Gran Iglesia de San Martín, junto a las monísimas fachadas de colores de las típicas casas alemanas; la Basílica de Santa María del Capitolio, una de las más bonitas e imponentes de la ciudad; el ayuntamiento, el más antiguo de Alemania que refleja la suma de diversos estilos arquitectónicos a lo largo de los años.

Las plazas son otros de los grandes reclamos de Colonia. La pequeña conocida como Fish Market, Heumarkt, es muy animada y acoge actividades de todo tipo como la feria del vino de la ciudad. También está Alter Markt, bordeada por edificaciones tradicionales, y muchas, muchas más. Por eso, para hacer parada en cada una de ellas, la mejora manera de moverse es a pie. Sin embargo, llegado el momento de ir a lugares más alejados, lo ideal es recurrir al metro o al tranvía.

El Rin: paseos, cruceros y vistas impresionantes

Disfrutar de un paseo por la ribera del Rin es imprescindible para conocer la Colonia más veraniega. Puedes aprovechar para tomar un cóctel o una cerveza en alguno de los bares que hay o simplemente caminar observando los cruceros fluviales en los que, además se celebran fiestas nocturnas. Tras esta caminata, termina la tarde contemplando el atardecer al otro lado del famoso puente Hohenzollern. Te quedarás perplejo viendo los cientos de candados en homenaje al amor a lo largo de sus 400 metros de longitud. Hay cerca de 40.000 unidades y, debido a su gran peso, se retirara cada cierto tiempo por precaución.

Los sabores de Colonia

Una de las curiosidades de Colonia es su manera de beber cerveza. En Alemania existen muchas variedades de cervezas dependiendo de la zona del país. Por ejemplo, en Múnich es típica la Helles y en Baviera destacan las de trigo o las negras (aunque existen 160 fábricas de cerveza para elegir con sus respectivas variedades).

En Colonia la más famosa es la Kölsch, una cerveza rubia, clara, presente prácticamente en todos los bares de la ciudad. Su singularidad reside en la forma de servirla. Los camareros caminan por la sala ataviados con una especie de bandeja en la que consiguen encajar de manera milagrosa un sinfín de tubos alargados (mitad caña, mitad media pinta) y colmados con esta cerveza bien fresquita. En cuanto observan cómo te sientas en una mesa te sirven una. Apuntan cada unidad en uno de los posavasos. Cada cerveza que te tomas se apunta al instante.

Eso sí, recuerda que en cuanto vean el vaso vacío volverán a servirte. Para mandarles el mensaje de que ya no quieres consumir más, coge otro de los posavasos de la mesa y colócalo encima del vaso. De esta manera el camarero sabrá que no quieres seguir bebiendo.

¡Ojo! Toma nota de dos de los sitios más populares: Früh am Dom es toda una institución y Gaffel am Dom, frente a la estación de trenes Köln Hbf.

La gastronomía es otra de las maravillas de la ciudad alemana. El Rheinischer Sauerbraten, una carne de ternera macerada con vinagre y caldo de verduras, o el pan de centeno con queso, son algunos de los clásicos. Tampoco puede faltar la currywurst -salchicha alemana con su típica salsa de tomate y curry- o Kartoffelpuffer o tortitas de patata. ¡Riquísimas!

Aquisgrán: un viaje a través de la historia y la modernidad

La ciudad balneario de Aquisgrán se sitúa tan solo a una hora de Colonia y es un must para cualquier viajero. Aquisgrán es popular por su catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Fue ordenada construir por Carlomagno en el siglo VIII y se considera una de las obras maestras del arte carolingio. Además, puedes caminar por sus preciosas calles llenas de encanto y probar el pastel de cereza clásico de sus cafeterías o las galletas más tradicionales.

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