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Siete lugares para disfrutar del otoño en España

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Los imanes de mi nevera

El Bosque de Muniellos, el Valle de Arán o el Barranco de Doquiera en la Alpujarra son algunos de los paisajes más bonitos para visitar en esta época

Con la caída de las hojas aparecen numerosas estampas naturales que avisan la nostalgia y despiertan la imaginación con colores rojizos y amarillos tenues. En España existen numerosas lugares para disfrutar del otoño y, especialmente, de sus paisajes y pueblos. Desde la Serranía de Ronda hasta el Valle de Arán o la Alpujarra granadina, son numerosos los bosques y parques naturales que visitar, ideales para los senderistas.

El momento perfecto para hacer una escapada rural y descubrir entornos multicolores de la geografía española. Grandes extensiones de bosques de roble, haya y abedul, entre otras muchas especies autóctonas de cada zona, miradores, manantiales y una fauna que conservar en el recuerdo.

El Bosque de Cobre (Ronda)

Como si se tratase de un paisaje de cuento, el Bosque de Cobre está situado en la Serranía de Ronda, en el precioso Valle del Genal. Compuesto por castaños de gran tamaño, su nombre se debe precisamente a los colores que aparecen con la llegada del otoño: marrones, amarillos, naranjas y ocres. La caída de las hojas cubre la zona y dejan una estampa impresionante cada año.

Es ideal para hacer senderismo y para visitar los pueblos que lo conforman, desde Alpandeire a Genalguacil o Parauta. Al tratarse de una zona rodeada de fincas privadas, se aconseja disfrutar del paisaje desde los miradores y realizar las rutas locales o de gran recorrido, como es el caso de la Gran Senda de Ronda.

Bosque de Muniellos (Asturias)

El Bosque de Muniellos es una reserva natural integral y el mayor robledal de España. Aunque su belleza es igual de impactante durante el resto del año, cada 15 de diciembre se abren las inscripciones para visitarlo. Solo 20 personas al día pueden acceder a la zona, previa reserva. Para eso es necesario registrarse y seguir las pautas indicadas.

Las rutas de Muniellos se inician y finalizan en el mismo lugar, en el centro de recepción de visitantes, y existen tres oficiales. Si no eres senderista veterano, o si quieres disfrutar de una experiencia más profesional, puedes contar con guías expertos acreditados. 

Valle de Arán (Cataluña)

El Valle de Arán es una comarca de la provincia de Lérida. Conocida por muchos como la ‘tierra de los mil colores’, el otoño regala una imagen de espléndidos paisajes, coloreados de tonos rojizos y cobres. Robles, hayas y abetos, sobre todo, y también, avellanos, tilos, castaños y arces conviven dando lugar a bosques únicos. Uno de los más importantes es el de Conangles.

La zona ofrece otros recorridos por bosques como el de Valarties y el de Baricauba, entre otros. Rutas fluviales, cabañas, refugios… y mucho, mucho más, salpican el Valle de Arán, que luce especialmente bonito en la época otoñal.

También es un paraíso para los amantes de las setas. Los meses de septiembre y octubre son los meses de máximo esplendor de estos manjares, un producto muy presente en el recetario de platos locales. Existen más de 200 especies catalogadas, desde las conocidas rovellons hasta las camagrocs o las llamadas trompetas de la muerte.

Parque Natural de Gorbea (País Vasco)

En el Parque Natural del Gorbea, el más grande del País Vasco, abundan las hayas, los robles, los alisos, los sauces, los fresnos y álamos, distribuidos en un área de veinte mil hectáreas. El área natural se sitúa entre las provincias de Vizcaya y Álava. En ella destaca el parque el biotopo protegido de Itxina que con más de 450 hectáreas, un gran ejemplo de formación Kárstica. El macizo de Itxina alberga más de 500 cavidades excavadas por el agua.

A lo largo de todo el parque se pueden realizar numerosas rutas, ideales para hacerlas a pie, en bicicleta o a caballo, ya que la zona cuenta con una red de sendas balizadas. Entre los recorridos más sencillos destacan la visita a los espectaculares hayedos de Hotzarreta y Belaústegui o las cascadas de Uguna y Gujuli.

Valle del Poqueira en la Alpujarra (Granada)

La Alpujarra granadina ofrece numerosos rincones mágicos que resultan espectaculares en otoño. En pleno corazón de esta zona de la provincia se encuentra el Valle del Poqueira, un lugar con una amplia red de senderos ideales para entrar en contacto con la naturaleza y disfrutar del entorno. Una de las rutas de senderismo más bonitas transcurre a través del Barranco del Poqueira en la que se puede disfrutar del río, sus puentes y de las vistas de los pueblos sobre las laderas del valle. Se trata de un itinerario circular con una distancia aproximada de 10 kilómetros. 

En otoño se transforma en un paisaje multicolor gracias a las variadas especies vegetales de alta montaña, entre ellos encinas, robles y castaños. Además, durante la visita se puede descubrir también algunos de los pueblos más hermosos de Granada:  Pampaneira, Capileira y Bubión.

Puerto de Honduras (Cáceres)

El Puerto de Honduras, ubicado en Cáceres, une dos grandes valles naturales: el del Ambroz y el del Jerte. A pesar de que son múltiples los lugares increíbles para visitar en estos valles, uno de los puntos más bonitos y dignos de fotografiar es el abedular que se ubica justo en el puerto. Los llamados Abedules blancos, protegidos como Árboles Singulares, y su paisaje lleno de terrazas cubiertas de frutales definen esta zona, una de las pocas representaciones de esta especie en Extremadura.

También desde el mismo Puerto de Honduras comienza un recorrido por hermosos pueblos cacereños tales como Hervás o Baños de Montemayor.

Valle del Nansa (Cantabria)

El valle del Nansa está ubicado entre los valles de Liébana y Saja y a lo largo de ellos dibuja una senda temática dedicada al agua y al patrimonio industrial y obra pública asociados al río que lleva su nombre. Una carretera recorre de norte a sur este valle, concretamente la CA-281, una ruta que atraviesa saltos de agua, túneles, una central hidroeléctrica, curvas panorámicas y pueblos que cobran especial belleza en los meses de otoño.

El margen del río Nansa muestra las esencia más rural y desconocida de Cantabria. Manantiales y riachuelos, bosques de hayas y robles, solanas, iglesias y retablos salpican la zona. Además, es el territorio de la vaca Tudanca, un manjar delicioso presente en los restaurantes y hogares de los locales.

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