¿Eres un cheeselover apasionad@ de todo tipo de quesos? Si es así y aún no tienes claro dónde ir de vacaciones este verano, en Clickviaja (lo confesamos, somos unos auténticos foodies) te invitamos a romper los esquemas. No se trata solo de visitar monumentos, museos o tiendas, lo imprescindible es conocer los diez quesos que debes probar si viajas a Francia, la cuna del buen queso y el vino. ¡Un maridaje perfecto!
MORBIER
Lo distinguirás con facilidad por la franja color ceniza que lo atraviesa. Y es que este queso elaborado con leche cruda de vaca tiene una historia muy interesante. Cuentan que originalmente los pastores mezclaban el ordeño matutino y vespertino cuando no tenían suficiente cantidad. Por ello, introducían una fina capa de ceniza de madera para separar y evitar que se formarse la corteza. Ahora se emplea carbón vegetal como homenaje a esa tradición.
El Morbier procede de las montañas del Jura en Francia y es ideal para disfrutarlo solo, fundido o en sándwich. Curiosamente el Olavide de Quesos & Besos, pequeña quesería de la zona de Sierra Morena en Andalucía, comparte la apariencia del queso francés, aún siendo de cabra, y ha sido premiado como uno de los mejores quesos en la edición de 2021 del World Cheese Awards.
MIMOLETTE
Un queso súper exclusivo. También denominado Boule de Lille, este delicioso producto francés procede de la ciudad de Lille, en el norte de Francia. Es un queso viejo de leche de vaca con un llamativo color anaranjado. ¿Su sabor? Un espectáculo que combina a la perfección con una copa de Côtes du Rhône o una copa de burbujeante Champagne.
La historia cuenta que el Mimolette fue creado a petición de Luis XIV para contar con una equivalencia del Edam. Otra de sus características más peculiares es su corte grisáceo resultado del ácaro del queso que es introducido, intencionadamente, para agregar sabor.
Después de probar este manjar, no olvides echar un vistazo a la ciudad famosa por su casco histórico y por ser considerada un centro cultural y comercial imprescindible en el mapa francés.
MAROILLES
Sin movernos del norte de Francia, damos un salto a las regiones de Picardía y Nord-Pas-de-Calais para darle un buen mordisco a esta variedad de queso de leche de vaca, el Maroilles.
Queso con mucha personalidad, se utiliza en el desarrollo de recetas tradicionales, aunque también es muy habitual en el aperitivo. Es conocido por su olor un tanto peculiar (hay quien dirá que es un poco desagradable). Además, la corteza cambia su color de amarillo a naranja para acabar en tonos rojizos y su sabor recuerda al embutido ahumado.
OSSAU-IRATY
Es un queso francés con origen en el País Vasco francés y la zona del Bearne, en el suroeste del país. El Ossay-Iraty es elaborado con leche cruda de oveja de razas autóctonas como la manech. Su sabor tiene notas dulces con una textura untuosa que impresiona al paladar. Una de sus curiosidades es que se trata de un queso estacional. Se elabora solo durante la mitad del año respetando los ciclos naturales de ordeño.
COMTÉ
Un clásico dentro de la lista de diez quesos que debes probar si viajas a Francia. El Comté es un queso francés con denominación de origen desde 1952. Está elaborado exclusivamente con leche cruda de vaca y sin pasteurizar. Como curiosidad: este queso francés destaca por sus enormes ruedas que pueden llegar a pesar 40 kilos. De hecho, para su elaboración se necesitan más de 400 litros de leche para una sola rueda.
Es idóneo para degustar como aperitivo o postres y, sin duda, cualquier vino le va perfecto. Y si eres un amante de la fondue, este es otro de los quesos ideales para disfrutarla.
BEAUFORT CHALET D’ALPAGE
Nos vamos de viaje a los Alpes para saborear este increíble ejemplar, el Beaufort Chalet D’Alpage. Este queso francés se elabora con leche cruda de vaca, con notas a frutos secos y especialmente intenso en boca. Esta variedad también tiene un aroma muy personal que recuerda a los pastos donde habitan las vacas Tarentaise y Abondance.
Si quieres saber cuál es la mejor manera de degustarlo, abre una botella de vino blanco y prepara la fondue porque te vas a derretir con solo probarlo.
CAMEMBERT DE NORMANDÍA
Se trata de un queso de leche de vaca producido en la región francesa de Normandía y sigue elaborándose de manera artesanal. Destaca por su corteza blanca, aroma penetrante y pasta mantecosa. Puede elaborarse con leche de vaca pasteurizada o cruda y parcialmente desnatada. Es, sin duda, una de los quesos de la lista más populares entre los #cheeselovers.
¿Con qué combinarlo? Va genial con algo dulce o salado como frutos secos, champiñones, carne de cerdo o embutidos. Para los vinos, lo ideal es un Pinot Noir de Alsacia o una copa de Chardonnay blanco seco.
SAINTE-MAURE DE TOURAINE
Particular queso de leche cruda de cabra con denominación de origen desde el año 1990. La pasta del Sainte-Maure de Touraine es blanca o de color marfil. Su corteza está ligeramente espolvoreada con ceniza y su sabor es suavemente salado, además de tener un cierto toque a nueces. Su peculiar característica es la introducción de una varilla de paja en el centro para darle consistencia.
Este tipo de queso, de textura blanda y homogénea, se puede conservar de una a tres semanas dependiendo de la maduración. Si está frío o seco, es mejor mantenerlo en frío.
ROQUEFORT
Un imprescindible entre los diez quesos que debes probar si viajas a Francia. El roquefort fue el primer queso francés en obtener el sello de denominación de origen. Este queso, que se elabora con leche de oveja, tiene un sabor intenso y penetrante y está salpicado por hongos Penicillium. Se considera el rey de los quesos azules en Francia.
Pasa más de 14 días en bodega y el resultado es un tipo de queso con cierta cremosidad y con finas vetas verdes. Es ideal para comerlo solo o con pan, también es perfecto para elaborar salsas y acompañarla con carnes rojas o preparar un aderezo para ensaladas.
MUNSTER
Este queso se produce en la zona de Alsacia gracias a su excelente producción de leche de vaca. En Lorena, donde también se elabora, recibe el nombre de géromé. Es un queso aromático de color blanco y con moho rojo que lo diferencia. Destaca por su intenso aroma pero con un suave sabor y textura.
La maduración del munster dura en torno a 20 días. Un maridaje perfecto con los vinos de la zona. Sin duda, el Munster hace las delicias de cualquier amante del derivado lácteo.
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