La urbe, ubicada en la Provenza francesa, tiene más de 150.000 habitantes y destaca por sus monumentos y los muchos parajes naturales que la rodean
La coqueta ciudad francesa Aix-en-Provence, de nada más y nada menos que 150.000 vecinos, no solo fue el lugar que vio nacer a Paul Cézanne, padre de la pintura moderna, también es un espacio para disfrutar del vino, observar sus muchas fuentes y probar los Calisson d’Aix, un dulce de almendra con piel de naranja. Dar un paseo por Aix-en-Provence promete de mañanas soleadas (disfrutan de él al menos 300 días al año) y parar a comer una tabla de quesos antes de adentrarse en su famoso mercadillo callejero.
Cerca de la ciudad, hay muchas otras localidades que merece la pena visitar durante el viaje: Luberon, Cassis, Arlés, Avignon, Verdon, entre otras. Pero antes es necesario adentrarse en el destino elegido en el corazón de la Provenza-Alpes-Costa Azul, considerada una de las metrópolis preferidas por parte de los universitarios.
Lo ideal es volar a Marsella y desde allí alquilar un coche para poder trasladarse hasta la urbe o coger el autobús que conecta ambas ciudades. Están a solo 20 minutos de distancia.
Cinco cosas que no puedes perderte de Aix-en-Provence

La urbe francesa, situada a 31 kilómetros de Marsella, muestra en su casco urbano una ruta por las huellas de su historia, desde el foro romano hasta murallas medievales, calles adoquinadas y plazoletas llenas de cafés y bistrós. Sin embargo, pese a que darse una vuelta es suficiente para sumergirse en el encanto de Aix-en-Provence, es cierto que hay algunos lugares imprescindibles a la hora de planificar una hoja de ruta:
Cours Mirabeau
Un elegante paseo arbolado lleno de terrazas, fuentes y edificios señoriales. Perfecto para empaparte del ambiente provenzal.
Catedral de Saint-Sauveur
Esta joya arquitectónica revela en su estructura tres estilos: románico, gótico y barroco. Su claustro medieval es especialmente llamativo.
Atelier Cézanne
El estudio donde trabajó el pintor Paul Cézanne. Todo está conservado como lo dejó, y ofrece una visión íntima de su proceso creativo.
Musée Granet
Un museo de bellas artes que alberga obras de Cézanne, Rembrandt, Ingres, y una importante colección del siglo XX (incluyendo Picasso).
Mercado provenzal (Marché d’Aix)
Se celebra varios días a la semana en plazas como la Place Richelme. Ideal para descubrir productos locales, quesos, saquitos de lavanda, flores y artesanía.
A estos hay que sumar otros espacios y monumentos como la iglesia de la Magdalena, el Palacio Arzobispal -donde se encuentra el Museo del Tapiz– o el centro de arte Caumont. La montaña Saint-Victoire es otra de las visitas obligadas de la región.
Restaurantes y bares que no debes perderte en Aix-en-Provence

- La Bouchée. Es un pequeño restaurante familiar con un ambiente acogedor y relajado, el restaurante se divide en dos zonas: un comedor en la planta baja con vistas a la cocina semiabierta y una sala abovedada en el sótano. Entre sus platos más destacados se encuentran el Foie gra mi-cuit, la tartaleta de temporada, el costillar de cordero provenzal, verduras y salsa, y gravlax de salmón con crema.
- Le Ramus. Esta elegante brasserie ofrece una amplia carta dando un repaso a la dieta mediterránea con platos como el tartar de pulpo, el estofado de carrillera de ternera o el jarrete de cordero confitado.
- La Fromagerie du Passage. Ideal para los amantes del queso y el vino. Su encantadora terraza escondida y sus barriles invitan a probar la cocina provenzal de manera distendida.
- Le Formal Caves Henri IV. Para aquellos a los que no les de miedo aumentar el presupuesto. Se encuentra en la bulliciosa y comercial Rue Espariat. Una hermosa ubicación que se ha convertido en toda una institución. Situado en unas bodegas abovedadas que datan de 1495, ofrece una cocina intuitiva y elegante.
- BACK to BAC. Es un bar de cócteles y cuenta con siete salas privadas insonorizadas, conocidas como ‘Karaoké Box’. Además, las salas disponen de refrigeradores con bebidas y la posibilidad de solicitar cócteles directamente desde el bar.
La ruta senderista de Aix-en Provence que no puedes perderte

Uno de los senderos más bonitos y populares cerca de Aix-en-Provence es el sendero desde Le Tholonet a la Croix de Provence. Esta ruta conduce y muestra numerosos paisajes espectaculares que inspiraron a Cézanne y ofrece vistas panorámicas del Valle del Durance y del propio Aix-en-Provence. La caminata culmina en la famosa Croix de Provence, una gran cruz de piedra en la cima de la montaña.
Esta ruta es de dicultad media-alta, debido al desnivel, y dura en torno a seis u ocho horas. El punto de partida más recomendable es el aparcamiento del Barrage de Bimont o el pequeño pueblo de Le Tholonet. Se aconseja llevar agua, protección solar y calzado adecuado. En verano, lo ideal es empezar temprano por el calor.